viernes, 4 de noviembre de 2016

DESPUÉS NO DIGAS QUE NO TE AVISARON... (2)

Unos días antes del ballotage escribía con este título sobre la realidad económica nacional que veía se venía con un hipotético gobierno PRO bajo este mismo título sin el (2) entre paréntesis. A 3 meses de aquel momento necesito –por responsabilidad y compromiso– compartir algunas líneas sobre aquellas reflexiones porque el futuro analizado ya está entre nosotros.
1. En general, muy pocos que recibieron el escrito hicieron referencia al tema específico que desarrollaba, el económico: fueron los que entendían que medidas de política económica como las que anunciaban en campaña eran posible de ser tomadas, una vez asumido el gobierno nacional, en contra de las mayorías nacionales.
2. Lo que recibí bastante fueron análisis contrarios al gobierno de ese entonces, no económicos –que de eso trataba el artículo- sino de otro tipo: dirigido a las formas, a los “atropellos” que se entendían se hacían sobre sectores (poderosos) de la sociedad, al uso de la cadena nacional, al manejo del fútbol, de los fondos públicos, de los planes que hacen proliferar vagos, y de un montón de cosas más que hacían manifestar una postura anti gobierno sin importar querer comprender un poco más el alcance de las medidas económicas que nos estaban anunciando de un sector que podía traducirse en el ganador de la contienda electoral. Más bien, existía una incredulidad frente a la concreción de los puntos planteados desde un voluntarismo casi infantil, sin asidero siquiera en la prolífera historia económica de nuestro país.
3. Lo que no recibí –salvo contadas excepciones- es una devolución, al menos acerca de la observación de la concreción de esos diez puntos planteados en el escrito en tiempo récord, no por una cuestión de vanidad personal, sino como un reconocimiento a que terminaron haciendo lo que dijeron que iban a hacer, perjudicando a las mayorías populares, y sobre eso no nos podemos hacernos los distraídos porque contribuimos a que la situación actual ocurra. Y en lo personal ¡me quedé corto! porque “no vi” la eliminación de las retenciones a las multinacionales mineras porque no quise ser tan “mal pensado”.
4. Me llamó la atención cómo personas cercanas no sólo no comprendieron el escrito, sino que no repreguntaron y, en algunos casos, no terminaron de leerlo o ni quiseron verlo. La decisión ya estaba tomada de antemano: no importaba la política económica que se viniera, sino sacar a este gobierno cueste lo que cueste. Terminamos viendo o escuchando lo que queremos ver o escuchar, y debemos hacernos cargo de las consecuencias de nuestros actos.
5. Esta semana se conocieron las preocupaciones que están en los primeros lugares de los argentinos, pasando a ser la situación económica, la inflación y la pérdida del empleo las que ocupan los primeros lugares, desplazando a la inseguridad que venía en la primera posición desde hace un tiempo prolongado.
6. Frente a este cambio de realidad económicamente el gobierno va por más porque sabe que se vienen momentos de conflictividad social: a) nos “venden” un discurso de tolerancia por los medios públicos y por otro lado, llevan adelante medidas económicas intolerantes; b) nos quieren hacer creer que el salario se define democrática y libremente en las paritarias, y dan marcha atrás a la firma de un acuerdo nacional docente porque supera en ¡15 puntos! al límite que quieren imponer; c) nos hablan de pobreza cero y llevan adelantes políticas económicas que hacen aumentar los precios de los productos de canasta alimentaria básica; d) dicen respetar el reclamo social y terminan reprimiendo a quienes se expresan; e) propugnan el diálogo y elaboran un protocolo que no pretende dar solución a la causa de los conflictos sino a la libre circulación; f) dicen ser eminentemente “republicanos” y gobiernan con decretos de necesidad y urgencia que violan leyes constitucionales.
 Estas acciones no hacen otra cosa que representar el doble discurso o la doble moral que como yo le llamo.
7. Hoy veo que los que fueron y son macristas están rechochos con las medidas económicas tomadas y los que lo votaron “en contra de” están asustados porque no les cumplió ni siquiera la promesa de campaña de eliminar el impuesto a las ganancias (o a los altos ingresos). Y si no lo perdieron, ven peligrar la fuente laboral o disminuir su poder de consumo.
8. Es una pena entregar el poder adquisitivo de los trabajadores, su participación en la renta nacional, la producción de las empresas nacionales, el mercado interno y el ascenso social de muchos argentinos a los foráneos que “vienen a invertir para generar empleo”, una nueva mentira que quedó expresada en un trabajo de la CEPAL donde se demuestra que el aumento del PBI no ha producido históricamente aumento de la inversión y viceversa. Creo que pudimos haberlo evitado.
9. Los despidos han comenzado, y no solo en el sector público. Es una condición de este modelo cerrar a la baja en la cantidad y “costo” de los trabajadores. Se dice que son “ñoquis” pero hay persecución ideológica y sustitución con “militantes” PRO. Tienen un discurso que cae bien en un sector de la sociedad, que lo justifica, y para ello cuentan con el “blindaje” de los medios de comunicación hegemónicos. Han aprendido mucho más en estos años de cómo hacer para que no vuelva más un gobierno que defienda los intereses de los trabajadores y van a intentar lograrlo.
10. Definieron un Estado basado en tres servicios –y por ende desertor en otros de tinte regulatorio-: Seguridad, Salud y Educación. Se llenaron la boca con la prioridad  de la Educación, el salario atrasado de los docentes y la calidad educativa donde no sólo definieron el qué estudiar, sino el dónde y cómo hacerlo. Y hoy estamos a la espera de que pongan en práctica ese discurso a 9 días del comienzo de las clases con una propuesta salarial en la provincia de Buenos Aires que no llega siquiera a recuperar la inflación del período noviembre-febrero, y que dejen efectos medidas de cesantías de cargo que no hacen otra cosa que aumentar la incertidumbre laboral.

            No podemos decir que no sabíamos o que no entendíamos qué consecuencias iban a tener en la sociedad las políticas económicas que nos decían podrían implementar desde una Alianza de derecha que llegara al gobierno nacional. ¿Será tarde para darse cuenta? ¿Cuánto falta para que aparezca el “yo no lo voté” como falsa excusa?… ¿O vamos a seguir como el PRO que hace como el tero, cacarea una cosa por un lado y termina poniendo el huevo por el toro?...después no digas que no te avisaron





Walter Rezzuti
20 de febrero de 2016

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