lunes, 20 de marzo de 2017

CARTA DE UN DOCENTE A OTRO (DOCENTE)

     Cuando comencé a frecuentar distintas aulas como docente, arreciaba el año 1989, el de la hiperinflación, el del comienzo del menemato y el que fue marcando la descentralización educativa -después de la Marcha Blanca del ´88, la del piso salarial unificado- que derivó en la instalación de la Carpa Blanca el 2 de abril de 1997, recién levantada durante el gobierno de la Alianza al lograrse algo de financiamiento para la educación. Después vino la Ley de Financiamiento Educativo (2006) con la convocatoria a la paritaria nacional. Nada se consiguió sin la lucha ni la presencia de los docentes en la calle. No es cierto que estamos igual que siempre o aún peor, que de nada sirve pelear por la defensa de la educación pública, como quieren hacernos creer en estos días, machacando estas ideas en los medios. Sin más política no tendremos más ni mejor educación.
     Colegas, a pesar de que nos quieran mostrar enfrentados o divididos, estamos en la misma vereda, respetuosos de las distintas posiciones individuales frente a las acciones de estos días: en la de educarnos junto a nuestros alumnos como seres libres e independientes, para forjarnos como futuros buenos ciudadanos, capaces de indignarnos ante las injusticias y de luchar para modificarlas y transformarlas en mejores condiciones de vida para tod@s. Seguramente no queremos alumnos que el día de mañana bajen la cabeza y sean capaces de aceptar cualquier cosa que se les imponga, más aún en contra de sus intereses y de los sectores a los cuales pertenecen. ¿Qué otra cosa que esto puede ser esa expresión utilizada para distintos lados en estos días “educar en valores” sino la capacidad de rebelarse ante lo que está mal y afecta a las mayorías postergadas de la sociedad? No ha venido la escuela a tener su razón de ser en el disciplinamiento ni la homogeneización de las mayorías populares sino en la liberación de las personas que buscan igualdad de oportunidades, y para eso hay que pelear, ya que los derechos se conquistan, no vienen gratuitamente sólo por la condición de ser personas, más aún cuando se quiere poner en un degradé constante a la función del docente y al rol que cumple la escuela pública en constante comparación a la baja con la privada.
     Resulta que tenemos un gobierno conservador con una concepción similar a la que tuvieron las primeras aristocracias de este país, que tiene como finalidad de su política económica bajar la inflación y financiar el déficit fiscal a la baja con deuda. Para ello “necesita” que los salarios no  crezcan a un ritmo mucho mayor que la pauta de inflación fijada en el Presupuesto Nacional (17%) aspecto “pedido” y condicionado también por los prestamistas internacionales, por lo que apuestan a las negociaciones por provincia y no abren la paritaria nacional que establecería, entre otros aspectos, los montos a aportar por el gobierno nacional a aquellas que no pudieran afrontar el pago de salarios. Es tal esta necesidad para su política económica –ya demostrada con el fallido aumento a los jubilados-, que desde el gobierno provincial recurren a cualquier artimaña para lograrla:
  1. se impulsó el proyecto de que 60 mil voluntarios iban a reemplazar a los docentes en sus funciones ya que iban a ser contenedores de los alumnos en lugares dispares como clubes, sociedades de fomento y parroquias, saliendo personajes conocidos a avalar esta idea, llenando los medios de comunicación con argumentos a favor de la misma, apostando a la confusión de la sociedad de a pie;
  2. se ensañaron con un sindicalista poniéndolo como el principal responsable de las medidas de fuerza, amenazando a su familia y mencionándolo en sus palabras de inauguración de las sesiones del Congreso Nacional el señor presidente: tengamos cuidado de no entrar en este juego porque se trata de “políticas” no de modos o formas o maneras de tener el pelo, la barba o la contextura física, las cuales deben ser condenadas contundentemente por cualquiera de nosotros;
  3. llegaron tan lejos que pusieron en duda su condición de docente, cuestión que “frenaron” cuando vieron la cantidad de diez en sus notas y que en realidad el que no era docente ni había tenido prácticas pedagógicas era su Ministro de Educación Nacional, un Analista de Sistemas devenido a responsable máximo en la cartera educativa, hasta tuvieron actitudes de una bajeza ruin que los expone tal cual son cuando mostraron fotos de sus hijos y nieto en un programa televisivo, en una artimaña perversa nunca vista hasta ahora;
  4. siguieron con el pedido de juicio político al juez en lo Contencioso Administrativo de la ciudad de La Plata, insospechado históricamente por sus fallos, pero que tuvo el “tupé” de avalar la protesta y considerar ilegal el llamado a conciliación obligatoria y el descuento de los días de huelga;
  5. hasta el Ministro de Trabajo de la Provincia (forjado como gerente de Recursos Humanos de Walmart y Jumbo) solicitó la quita de la personería jurídica a su homónimo nacional, para aquellos sindicatos docentes que no acataron la conciliación obligatoria, y la imposición de multas considerables a los mismos;
  6. llegaron los anuncios de adelanto de paritarias y premios por única vez a quienes fueron a dar clase, a lo cual muchos colegas respondieron con suma entereza al propiciar la devolución de esos un mil pesos, porque que vayan a trabajar no significa que no estén de acuerdo con la lucha y porque la dignidad docente no se compra con dádivas que provienen, entre otras cosas, de fondos públicos destinados al pago de salarios docentes;
  7. hasta la vicepresidenta tuvo su fogueo mediático cuando expresó, también en un programa de televisión, esta vez dominguero, que “si ganara 9000 pesos no haría paro” y que “la gran mayoría de los maestros vive con alguien, hay más de un ingreso”, como una muestra más de desconocimiento de la realidad social, ya que hay un importante número de docentes que son cabeza de hogar y que no les alcanza para llegar a fin de mes, de ahí que el estar en las aulas es para que no les descuenten ni un centavo más de su paupérrimo salario, ya que lo necesitan para sus hijos –parece mentira que se tenga que aclarar esto y no el origen los fondos de la campaña electoral del PRO a través de la Fundación SUMA que ella preside; en fin, el mundo del revés-;
  8. generaron disputas dentro del Frente Gremial Docente, que reúne a seis sindicatos, con diferencias sí, pero con unidad en la pelea y en el reclamo, asignándole un rol desestabilizador del Gobierno orquestado o dirigido “desde Santa Cruz” como sintetizó el Director General de Cultura y Educación, Alejandro Finocchiaro, adepto también a los medios televisivos para expresar estos comentarios desubicados;
  9. y la frutilla del postre la tuvo el señor presidente al emocionarse hasta casi las lágrimas cuando contó su experiencia de flexibilización laboral en la empresa automotriz que gerenciaba, denostando a los sindicalistas que no habían apoyado su proyecto de disminución de salarios.
     Colegas, aunque parezca grandilocuente, somos el último (o el primero, depende de donde se lo mire) bastión moral de la sociedad de a pie, capaz de enfrentar estas políticas económicas de salarios a la baja y de desfinanciamiento educativo, ya que si pueden con los docentes, podrán con todos. Somos los primeros pero van por el resto, y ahí entran los padres de nuestros alumnos y nuestros alumnos mismos, porque es, simplemente, el “abc” de la política económica que quieren implementar: creen en un país exportador de sus ventajas comparativas (agro-ganadería, alimenticia, minería-petróleo y turismo) e importador del resto, sin otras industrias y con un Estado achicado a la mínima expresión (Seguridad, Salud, Educación y Políticas Sociales asistenciales, todo para los pobres) y con salarios también mínimos para los trabajadores así pueden instalarse y obtener rentas considerables los inversores extranjeros. Pero todo eso es un combo explosivo porque no nos vamos a quedar de brazos cruzados, porque, al menos los que peinamos canas, sabemos en qué termina esto: sólo lo lograrían con disciplinamiento laboral o con represión. Y lo primero no se lo estamos permitiendo dentro de un estado democrático de cosas, así que habrá que prepararse para ganar la lucha o para lo segundo.  

Walter Rezzuti
Sábado 18 de marzo de 2017